Descripción
Con la transición demográfica como eje de discusión, este libro relata las travesías experimentadas por la población de Sonora a lo largo del siglo XX. Es decir, habla de los recorridos que los componentes del cambio demográfico -la mortalidad, la natalidad y la movilidad- siguieron para llegar a conformar el volumen, la estructura y la distribución que actualmente presenta nuestra entidad.
Apoyada en estadísticas oficiales, la autora desmenuza una a una las principales trayectorias seguidas en esta historia del poblamiento: de los pueblos mineros-ganaderos a las agrociudades en la costa y de éstas a la frontera. Desde otro ángulo, analiza el devenir de la mortalidad y sustenta que ésta, además de descender, siguió un interesante recorrido cualitativo cuya expresión más clara es el avance desde las enfermedades asociadas a la pobreza, como las infecciosas y las contagiosas, hacia un patrón dominado por los males producidos por la vida moderna, el estrés y la vida sedentaria. Asimismo, en el capítulo referido a la natalidad, discurre sobre el impacto que las políticas de población tuvieron sobre estas tierras; más allá de ilustrar el trazo seguido por los indicadores, intenta contribuir al debate y la desmitificación de la fecundidad como la responsable única del crecimiento explosivo de nuestra población.
Pero este no es un libro escrito sólo para demógrafos: se dirige a todos los que comparten la idea de que las travesías señaladas -como todas en la vida- son azarosas. Desde el mirador del presente, su lectura invita a repensar en los derroteros de la evolución poblacional de Sonora: ¿deben seguir creciendo las ciudades del desierto?, ¿será conveniente regresar a los pueblos de la sierra?, ¿fue cierto que la familia pequeña vivió mejor?, ¿cómo se verá Sonora con pocos niños?, ¿cómo seremos cuando el envejecimiento demográfico nos alcance?, ¿por qué y para qué insistimos en aumentar la esperanza de vida?
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