Descripción
Este libro analiza el histórico encuentro entre dos grupos nahuas en la región Huasteca (cada uno, portador de su propia variante lingüística). Se construye un puente interdisciplinario entre la lingüística, la etnohistoria y la arqueología para explicar la participación de muy diversos grupos nahua en el desarrollo de la civilización mesoamericana.
Desde la lingüística (es decir, con métodos estrictamente lingüísticos), la presente investigación corrobora el planteamiento del brillante arqueólogo francés Christian Duverger acerca de grupos tanto paleonahuas como neonahuas que se infiltraron, a lo largo de 30 siglos, en amplios territorios mesoamericanos. Los primeros perdieron su hegemonía al derrumbarse el imperio teotihuacano. Los segundos se impusieron a partir de las invasiones chichimecas posteriores al año 800 d.C.
A la luz de la dialectología y de la lingüística histórica, en este libro se muestran las huellas del sustrato paleonahua en la Huasteca y del impacto de las invasiones neonahuas en la región. Se rastrea el componente paleonahua del nahua de la Huasteca, que es un dialecto híbrido, como todos los demás dialectos nahuas en Mesoamérica. Asimismo, se identifica el aporte neonahua.
El encuentro entre paleonahuas y neonahuas no fue pacífico sino bélico, pero produjo formas de integración. Los dos grupos no sólo mezclaron sus culturas sino también sus dialectos. La región Huasteca -como podrá constatar el lector- no quedó al margen del sincretismo lingüístico que resultó del encuentro entre los nahuas ancestrales. Tal es el origen de la actual lengua nahua que se habla en La Huasteca.
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