Descripción
En el año 2000, la población mexicana en general e incluso los expertos en las ciencias de la atmósfera pensaban que en el país no existían los tornados. En el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) comenzaron indagaciones profundas en relación con esos fenómenos y se “descubrió” no sólo que ocurrían profusamente en todos los contextos físicos del territorio nacional, sino que los más antiguos pobladores prehispánicos los habían reconocido con otros nombres y asociado a distintas deidades. También se pudo saber que los campesinos del país los conocían como “culebras”, “víboras”, etcétera.
Uno de los aspectos más interesantes que presenta este libro es el caso de un tornado muy pernicioso que afectó a la Ciudad de México el 1 de junio de 2012, y cuyo trayecto cruzó nada menos que el icónico Zócalo capitalino.
El texto muestra algunos antecedentes de casos de ocurrencias de tornados previos al de 2012, y una profunda reflexión acerca de la fenomenología meteorológica del tornado del Zócalo, así como algunos aspectos sumarios del estado de conocimiento de la atmósfera de la Ciudad de México. Esta obra representa, además, el primer ensayo sistemático que contribuye a caracterizar la intensidad del tornado del Zócalo en la escala Fujita mejorada, para lo cual se empleó la información disponible: reportes oficiales de daños, entrevistas de campo y cientos de fotografías. La investigación reunida en este libro considera también el comportamiento colectivo de las personas que atestiguaron la irrupción de este fenómeno meteorológico en las calles de la entidad, así como las respuestas de las autoridades capitalinas ante tal evento. El 1 de junio de 2012 también se produjeron tornados en el vecino municipio mexiquense de Ecatepec, que tuvieron lugar de manera simultánea al del Zócalo y que de igual forma se consideraron en este estudio.